La escritura revela identidad y perfil psicológico del criminal
UN ESTUDIO grafotécnico puede determinar la autoría, autenticidad o falsedad de un documento y así dar al traste con el ‘crimen perfecto’
Por: Willmer Poleo Zerpa
Caracas.- Un hombre apareció muerto en el interior de su apartamento y todo hacía presumir que se trataba de un suicidio.
Entre las evidencias localizadas en el sitio del suceso, los investigadores de la Policía Técnica Judicial colectaron una carta que al parecer había escrito momentos antes de su muerte despidiéndose de sus parientes.
Un familiar de la víctima entregó varios documentos pertenecientes al occiso, que luego iban a servir para cotejarlos con la carta póstuma.
Los expertos grafotécnicos de la PTJ no se conformaron con las muestras entregadas por el familiar, sino que colectaron libretas de teléfonos, diarios personales, agendas y, además, obtuvieron la firma verdadera de la víctima, tras analizar en una notaría un documento que meses antes había firmado con motivo de la venta de un vehículo.
Semanas después concluyeron que la carta de despedida no había sido escrita por la víctima, sino por el pariente que les había entregado los papeles, quien resultó ser el victimario.
Así se pudo determinar que se trataba de un asesinato, planificado por el acusado para quedarse con los bienes de fortuna del occiso y quien había falsificado su escritura para simular un suicidio y confundir a los pesquisas.
Grafología y grafotécnica
Son numerosos los casos policiales para cuya solución se ha utilizado el auxilio de la grafotécnica, al punto de que en la PTJ, como en otros organismos modernos de investigación, existe un departamento exclusivamente dedicado al análisis de documentos escritos.
Los peritos policiales hacen una distinción entre la grafología (utilizada más en psicología) y la grafotécnica (técnica de investigación), atribuyéndole a esta última un carácter más científico.
La primera es definida como el arte de averiguar, por las particularidades de la letra, algunas de las características psicológicas de quien escribe.
Se basa en el principio de que ciertos movimientos físicos corresponden a diferentes disposiciones del espíritu.
Los grafólogos han reunido una serie de modalidades de la escritura, que con mayor o menor fidelidad permiten determinar el estado de ánimo de la persona.
El éxito de la grafología descansa en la convicción de que la escritura es un proceso directo de nuestra fisiología y de nuestra psicología y, en definitiva, de nuestra personalidad.
Contribuye a establecer no la autoría de un escrito sino más bien la personalidad del autor, su conducta, si es extrovertido o introvertido, nervioso, bondadoso o malvado.
Una escritura desordenada, por ejemplo, revela al individuo vulgar; una escritura armónica, al ponderado, equilibrado; una abundante en trazos superfluos, al individuo superficial; la desigual, al precipitado, inconstante o muy sensible.
A diferencia de la grafología, la grafotecnia es definida como una disciplina científica de las ciencias experimentales, encaminada al estudio, análisis y observación de los caracteres gráficos, bien sean manuscritos o impresos, a través de cualquier medio, con la finalidad de establecer su autoría, autenticidad o falsedad.
Se fundamenta en la aplicación del método de estudio de la motricidad automática del ejecutante, a través del cual se identifican los puntos característicos absolutamente particulares de la escritura.
La grafotécnica es eminentemente comparativa, o sea, que requiere de una muestra estándar para poder llevar a cabo un cotejo con el material problema.
Los expertos aseguran que un manuscrito es tan individualizante como la dactiloscopia. Morfológicamente una firma puede parecerse mucho a otra, pero hay rasgos característicos en la escritura que no son susceptibles de ser disfrazados por su ejecutante ni imitados por terceras personas.
El comisario Ismael Noguera, jefe de la Región Central de la Policía Técnica Judicial y quien se desempeñó durante varios años como jefe del Departamento de Grafotécnica, refirió que el proceso de la escritura es absolutamente individual y automático, pues tiene que ver con la coordinación de los movimientos del brazo, antebrazo, mano y dedos.
‘Se puede hacer una falsificación casi perfecta, pero siempre hay signos característicos que son individuales y únicos de cada persona.
El proceso de la escritura es un acto eminentemente automático que obedece a una serie de informaciones almacenadas en esa gran computadora que es el cerebro, de allí que cuando un presunto indiciado es sometido a una prueba de grafotecnia es difícil que éste logre variar la forma, tamaño o el estilo de las letras para eludir su responsabilidad’, refirió el jefe policial.
Fuente: El Universal