ACCIÓN QUE CAUSA LA “L – DOPA”

SOBRE ESCRITURA DE ENFERMOS

MENTALES.

INTRODUCCIÓN

La escritura como medio de expresión es la representación gráfica del pensamiento y está regida a nuestro entender y haciéndose eco de SOLANGE-PELLAT, por cuatro leyes y una quinta que es el patrimonio caligráfico.

Partiendo de la base que la escritura como medio de expresión puede producir actos jurídicos, la misma es objeto de alteraciones voluntarias e involuntarias. Las primeras son el producto de un acto volitivo del individuo con el propósito de ocultar la firma y/o el texto, lo último con el fin de producir un anónimo y la primera para sustraerse de una identificación; en tanto que las involuntarias son las resultantes de un estado psicosomático originado por diversos factores.

Atendiéndonos a ello, el experto en documentos o perito caligráfico no sólo debe autenticar una escritura o firma, sino que además debe en determinado caso considerar la influencia posible de una droga que inhiba en forma transitoria la voluntad de una persona, y la haga actuar a manera de un autómata.

Es por ello que en cierta medida apartándonos de lo que en sí hace a la materia del perito en autenticación, es que nos hemos dedicado a un ensayo o estudio respecto del efecto que causa la “L – DOPA” en los distintos casos de enfermos mentales crónicos hasta el presente de acuerdo a dictamen médico.

Existen casos concretos en que se basaron los expertos para establecer la relativa anormalidad escriturar -mecánica o mental- y su no regresión.

DESARROLLO

Al tener conocimiento los peritos de una experiencia médica con una droga en dementes crónicos, consideraron de interés el análisis de la escritura o modificación de la misma, en los pacientes tratados.

Al respecto, cabe señalar que el deseo de investigar las modificaciones o variantes de un grupo gráfico (textos y/o firma), nace del interrogante que se le presenta al perito calígrafo, ante composiciones manuscritas que en cotejo, si bien resultan auténticas, se encuentran total o parcialmente transformadas, sin que surja justificada pericialmente esa variante.

Podría suceder que si en principio el texto es producto del puño y letra, la voluntad estaría sometida como consecuencia de la influencia de un psicofármaco.

En un caso de nuestro país la justicia “invalidó” un testamento ológrafo manifestando que si bien el mismo emanaba del puño y letra del causante no existía voluntad de testar, en razón de haber hecho uso de su escritura normal y corriente, utilizada para todos los actos familiares y comerciales, y sí en cambio una condicionada a una doble personalidad escritural.

Fue así que, constituidos en el Instituto de Salud Mental “Dr. José T. Borda”, tomaron contacto con el equipo de profesionales que dirigía el Dr. Felipe Cia. Madariaga, quien proporcionó la nómina de pacientes ubicados en distintas salas y a quienes se les suministraba distinta posología de “L – DOPA”, procediendo a seleccionar los distintos niveles de cultura, conforme rezaban las historias clínicas, tomando de ellos los de mayor capacidad escritural, y obteniendo de cada uno de los tratados, cuerpos de escritura testigos en diferentes días y horas durante el suministro del medicamento, dejando transcurrir un interregno de aproximadamente veinte días, lapso en que consideraron habrían fenecido los efectos de la droga; obtuvieron otros patrones escriturales de comparación, surgiendo del análisis, entre las escrituras obtenidas durante y después las distintas clasificaciones y diferencias que se mencionarán en el curso de este informe.

No obstante poder ser identificados cada uno de los pacientes analizados, obvias razones les impone simplemente dar las iniciales del nombre y apellido. Los mismos correspondientes a: dementes seniles, esquizofrénicos y alcohólicos, a los que se les ha suministrado dosis que varían entre 6 y 9 comprimidos diarios de 100 mg. cada una.

La escritura de los dementes seniles se caracterizaba por la progresiva descomposición de la personalidad, que lo sitúa en la denominada segunda infancia, es decir, que las tendencias, facultades y aptitudes del individuo están en desorden completo y que los mecanismos necesarios para su sostenimiento se encuentran deteriorados. La disgregación del pensamiento y la confusión de la mente ocasiona la incoherencia del lenguaje escrito hasta el punto que sus rasgos son ilegibles y las grandes y desusadas curvas de las grafías son el rastro de imágenes de letras no recordadas con exactitud.

En el caso de los esquizofrénicos, la disminución de la capacidad gráfica llega a extremos en que la escritura se convierte en un automatismo sin lógica, contradicciones, falta de continuidad de esquema legible. Tiende a la simplificación de los valores e inclusive a la segmentación o segmentación o sílabos de los términos alterando o suprimiendo letras aún entre las mismas, produciendo agrafías.

Las escalas de estas variantes están dadas por el grado del proceso o deterioro del individuo bajo el diagnóstico.

El producto de las escrituras de estos enfermos es el resultado de resabios alterados y modificados de su aprendizaje en el arte escritural; así se alteran las proporciones, tamaño, presiones, líneas de escritura, orientación, dirección y toda norma elemental del trazado.

De los dementes alcohólicos, dentro de los tres tipos estudiados, es el alcoholista el que conserva en mayor medida las normas gráficas que representan su personalidad caligráfica normal; siendo notables las variaciones que sí se suceden en los valores de interpretación de la escritura en lo que respecta a ésta, como manifestación del pensamiento.

1º) ANÁLISIS DE LA ESCRITURA DE DEMENTES SENILES.

Los suscriptos se han encontrado en este caso, ante un desarrollo en el que si bien el índice caligráfico revelaba una disminución del nivel, el autor imprimía a ciertos valores un trabajo de elaboración con mayor soltura de mano, en letras capitales y cursivas de barras; siendo notorios las detenciones, cortes y retomas en la escritura del resto de otras cursivas.

Estos detalles se reproducen en los textos obtenidos bajo el efecto de la droga (dosis de 600 mg. diarios) con una manifiesta mejoría en cuanto al dominio, ritmo de trazado, continuidad gráfica, firmeza de pulsación y mayor elegancia en los complementos que impone a ciertas letras tales como el desarrollo de la letra “d” minúscula y barra complementaria de la “t”.

Como dato de interés se agrega que el texto trazado por este paciente, no es un acto volitivo, sino que surge motivado por los actuantes. En lo concerniente a la supresión o alteración de la hilación del texto, que no responde en cierta medida a las características enunciadas para enfermos seniles, su análisis es relativo, debido a que el texto se caracterizó por una cantidad notable de extranjerismos que hacen difícil la interpretación señalada en el comienzo de este párrafo.

Las normas expuestas en lo referente a los movimientos que originan el trazado de las letras mayúsculas, si bien son recordadas por el paciente, en este caso, ofrecen un trazado primitivo o consecuente con una enseñanza primaria.

DATOS PACIENTE:

J.V.T.; diagnóstico: demencia senil; edad: 70 años; italiano, profesión: peluquero, estudios secundarios.

2º) ANÁLISIS DE LA ESCRITURA DE ESQUIZOFRÉNICOS.

Dentro del grupo de pacientes tratados por los peritos, éstos

son los que ofrecen el mayor grado de incoherencia o irregularidad; no tanto gráfica como ideográfica, en la composición de sus textos, en relación al resto de las pruebas; o bien como producto totalmente elaborado a instancia o sugerencia de los actuantes.

Si se tiene en cuenta que de acuerdo a definiciones generales, este grupo de enfermos, no estaría en condiciones físicas de escriturar, los suscriptos han comprobado el efecto que la droga llegó a producir en dos personas que de un estado de postración absoluta llegaron en su mejoría a elaborar textos como son los que a continuación se exponen (J.B. y S.F.) y con cierta expresión volitiva de S.F. que “es un buen muchacho”.

Por otra parte, la escritura producida en forma espontánea por otros dos enfermos (O.M.M. y R.D.) presentan las características que a continuación se anuncian: una redacción muy extensa; sobre temas obsesivos y que se repiten en forma contínua, tanto en su sentido como en los conceptos que desde el punto de vista caligráfico pueden analizarse. En su proceso de regresión se agudizan ambas características generales; los temas se amplían y se reafirman aún más los idiotismos escriturales. Según se puede observar en las reproducciones fotográficas, el autor de estos valores (O.M.M.) repasa después de su trazado hasta llegar a producir un empastado, las vocales minúsculas “a” y “o”, las consonantes “c” y “s” y las letras capitales con conformación de óvalos; y además extiende desproporcionadamente la acentuación, bucles, ojales y letras de barras (letra “t”, colocando su transversal casi en la cúspide de la misma y sobrerremarcadas) y conagregados de rasgos complementarios en otras letras.

En el segundo paciente el temperamento caligráfico revela relativa cultura escritural, con las consiguientes consecuencias y con un detalle destacable que es el tamaño de su firma.

Cabe consignar asimismo en este caso que durante el suministro de la droga, el texto en esencia mantenía una idea central y obsesiva; en tanto que la falta de la misma produce su regresión, y como consecuencia, un desorden ideológico.

DATOS DE LOS PACIENTES:

O.M.M.; diagnóstico: demencia esquizofrénica; edad: 38 años; argentino; empleado bancario; 4º Año Bachillerato; medicación: 600 mg.

J.B.; diagnóstico: demencia esquizofrénica; edad: 50 años; argentino; 6º Grado; medicación: 600 mg.

R.D.; diagnóstico: síndrome demencial; edad: 55 años; español; profesión: comerciante; 6º Grado; medicación: 600 mg.

3º) ANÁLISIS DE LA ESCRITURA DE DEMENTES ALCOHÓLICOS.

La escritura producida por los enfermos con diagnósticos de demencia alcohólica, surge en cierta medida con normas de trazado que responden a la personalidad escritural del autor, sin variantes de carácter considerable. No obstante lo expuesto como en los anteriores casos, el estudio comparativo de los valores gráficos obtenidos bajo el efecto de la “L – DOPA” y los que resultan en los

períodos posteriores en que la droga ha sido eliminada, permiten evaluar una considerable diferencia en cuanto a calidad gráfica y que lleva a determinar una marcada recuperación en su capacidad escritural en los pacientes tratados.

En los cinco casos atendidos por los peritos el desarrollo caligráfico se produce a instancia o sugerencia de los actuantes y en ningún caso como iniciativa personal.

Las diferencias observadas están integradas fundamentalmente por la mayor continuidad caligráfica, regularidad de pulsa y presión y especialmente soltura ejecutiva, mientras que los valores en su faz regresiva manifiestan una arritmia, marcada presión del pulso y el efecto de que su desarrollo produce mayor trabajo al autor.

Paciente A.B.T.; en general del examen de “visu” inmediato y dentro de la relativa capacidad para graficar que revela el trazado, el cotejo de los dos puntos básicos -el ideal-, en estado de mejoría -incuestionable- y el disminuido, lleva a establecer diferencias elocuentes que se advierten en las reproducciones fotográficas que se acompañan.

Paciente C.V.C.; surgen muy personales características que pueden sintetizarse en un proceso mixto de capitales cursivas y minúsculas alternadas de curso o imprenta y que en general a la observación directa produce un efecto de escritura elegante, que en su faz posterior al tratamiento se desarrolla con mayor dureza, presión, irregularidad en las líneas bases de escrituración y construcción agresiva en los dos grupos testigos fotografiados.

DATOS DE LOS PACIENTES:

A.B.T.; diagnóstico: alcoholismo crónico y demencia arteriosclerótica; edad: 65 años; argentino; profesión: obrero; dosis: 600 mg.

J.P.; diagnóstico: demencia por alcoholismo crónico; edad: 69 años; argentino; profesión: obrero; estudios primarios; dosis: 900 mg.

C.V.C.; diagnóstico: demencia por alcoholismo crónico; edad: 61 años; profesión: chofer; portugués; 5º Grado; dosis: 600 mg.

M.I.; diagnóstico: denuncia alcohólica, síndrome de KORSAKOV, deficiente mental; edad: 56 años; español; dosis: 600 mg.

EVALUACIÓN Y CONCLUSIONES:

El estudio practicado dio resultados positivos, en cuanto se ha comprobado una evidente mejoría escritural.

La afirmación expuesta e basa como consecuencia lógica del análisis realizado y del que se ha dejado asentado con perfecta claridad en los exponentes fotostáticos que se acompañan.

Es indudable que el proceso de graficado en el momento del tratamiento, llevó a los autores de las escrituras a un acercamiento a la zona divisoria próxima a la normalidad y a la eliminación del medicamento los retrotrae en cierta medida, verificándose en estas circunstancias manuscritos anormales y necesariamente deformados.

La desorientación e incoherencia de los trazados a medida que avanza el retroceso de la ”L-DOPA” desarticula aún más la letra y acentúa marcadamente las líneas de alteraciones gráficas e incurren en mayores repeticiones, sustituciones y desproporciones arrítmicas.

Fundamentalmente si un específico puede producir las importantes variaciones comprobadas, en individuos cuya voluntad no cuenta, qué trascendencia asume para los peritos calígrafos el examen de una escritura con los interrogantes de las condiciones físicas, mentales y de variaciones por efecto del específico, que podrían llegar a producir modificaciones o alteraciones sin el debido esclarecimiento para el experto acerca del origen de los mismos.

Destacan a la consideración de sus colegas la necesidad de intensificar este tipo de experiencias, ya que como surge delpresente trabajo, las responsabilidad en el aspecto profesional hace necesario extremar las medidas de precaución al dictaminar respecto a escrituras de enfermos.

Aclaramos que este trabajo fue realizado por: Vicente Tangorra y otros colegas de Argentina.

Pero desgraciadamente y por razones tecnologicas perdimos los nombre de los otros autores.

Recopilación y condensación por: Jorge Marti.