El dibujo sobre Papel y Pergamino Conservación y Restauración
EL PERGAMINO
Característica de todos los pergaminos es su alcalinidad, positiva en cuanto que protege bastante del moho y de los parásitos, pero perjudicial porque lo vuelve amarillento. Puesto que el pergamino es higroscópico, la humedad debe mantenerse constante (10 por 100 a 40 atmósferas de presión). Si aumenta la humedad y por tanto la absorción, las proteínas y las estructuras orgánicas se degradan por hidrólisis y se descomponen, formando una especie de gelatina. Cuando el porcentaje de humedad es demasiado bajo, el pergamino se arruga y tiende a romperse; este proceso es reversible, siempre que no se hayan dañado las tintas o los colores.
Para dar flexibilidad a las hojas de pergamino desecadas y a menudo unidas en rollos de papel húmedo durante cierto tiempo se emplea una solución al 10 por 100 de urea en alcohol etílico. Para limpiar un pergamino endurecido y manchado se frota rápidamente con una esponja humedecida en una solución alcohólica muy diluida y se seca con rapidez.
Contra el moho y los parásitos se recurre a la esterilización exponiendo el pergamino a vapores de aceite de tomillo o poniendo en contacto directo con una hoja de papel de las mismas dimensiones empapada en fungicida.
Los pergaminos, conservados por lo general en recipientes metálicos para su seguridad (que no absorben la humedad pero sí la condensan), se envuelven preventivamente en telas higroscópicas no atacables fácilmente por los parásitos (algodón y lino) antes de volverse a guardar.
PAPEL
Para la conservación de dibujos en papel hay que tener presente que el papel es un material higroscópico y, por tanto, un exceso de humedad lo ablanda y favorece el crecimiento de microorganismos y de hongos que se nutren de la celulosa y de la gelatina que contiene. En este caso el papel amarillea, su superficie se erosiona y se cubre de manchas pardas debidas a una acumulación de hierro. Por el contrario, el moho se presenta como erupciones blancas de forma circular, que se agrandan favorecidas por la humedad y el calor. Además los dibujos antiguos se suelen presentar pegados a una hoja de cartón que, en lo posible, hay que quitar, pues la cola es un terreno favorable para el desarrollo de hongos. Por lo tanto, para proceder a la restauración de un dibujo que, a causa de la fragilidad del soporte y de la labilidad de los materiales usados, presenta siempre grandes dificultades y se ejecuta casi exclusivamente con fines de conservación, un problema previo se plantea a menudo por la necesidad de separar el cartón del dibujo (no viceversa). Esta operación se realiza con un cuchillo en fases sucesivas para controlar el espesor del cartón y exponiendo el dibujo directamente al vapor o colocándolo en la llamada «cámara húmeda». Se separan luego con el cuchillo una tras otra las capas de cartón y finalmente con una esponja se eliminan por el revés los restos de cola. Luego se seca el dibujo entre hojas de papel secante, colocando un peso encima. Después se procede a la restauración propiamente dicha, que consiste en:
1.- Saneamiento y limpieza del soporte.
2.- Fijado de la materia compositiva.
3.- Montaje en unas guardas de cartón.
1.- Para eliminar parásitos y hongos se cepilla el folio al aire, en un lugar ventilado, luego se recurre a la esterilización que se puede realizar de varias maneras, exponiendo las hojas en una cámara cerrada a los vapores de paradiclorobencina en cristales, o de aceite de tomillo, etc., o, en el caso de hojas muy delicadas, manteniéndolas en contacto directo con otra hoja de igual tamaño empapada en insecticida. Cuando han sido atacadas sólo parcialmente se usan insecticidas en esos lugares.
Si el dibujo está sucio de polvo se puede lavar sumergiéndolo boca abajo sobre una plancha de vidrio en un baño de agua corriente durante un tiempo variable. Antes de lavarlo hay que averiguar el tipo de tinta usado en el dibujo, pues las tintas galoferrosas y las acuarelas son poco estables y hay que protegerlas antes del tratamiento con una solución al 5 por 100 de polimetilo metacrilato de acetona, que se quitará una vez acabada la operación. Luego se seca la hoja por el revés con papel secante para eliminar el exceso de humedad y luego aireándola, cuidando que no se arrugue.
Cuando no se puede recurrir al lavado se usan varios sistemas de limpieza en seco (pastas especiales no abrasivas, rascado eléctrico por vibración, aplicación local de disolventes orgánicos, etc.). Las manchas que resisten al agua y a los otros métodos en seco pueden hacerse desaparecer con un procedimiento llamado «blanqueo» que se basa en la oxidación (exposición al sol, a los rayos ultravioletas, y utilización de sustancias oxidantes). Una solución oxidante con la mínima concentración se usa también para blanquear estampas coloreadas o delicadas, aplicándola con pincel por el revés y procediendo luego a un cuidadoso lavado en agua corriente.
Para consolidar hojas demasiado finas o corroídas se solía trasladar el dibujo a un papel muy fino o a una gasa —ahora se usa papel de arroz japonés— al que se adhieren las hojas sin cola. Estos papeles unen una gran finura, por lo cual son casi invisibles, a un considerable grado de resistencia y elasticidad.
2.- El fijado de la materia compositiva se realiza en el caso de dibujos muy frágiles o cuando han sido utilizados materiales de dibujo que se pueden borrar fácilmente por contacto o roce (yesos, carboncillo, pastel, etc.).
3.- Los dibujos se deben conservar en guardas en forma de marco de cartón blanco grueso de pasta de madera (el amarillo hecho de telas colorea el dibujo por absorción). Los paspartús se ponen en estructuras metálicas cerradas, con orificios para la ventilación, que protegen el dibujo del polvo, los parásitos, la luz y los incendios. La temperatura y la humedad deben ser constantes, por lo que se necesitan aparatos de control.
La acción negativa, ejercida por el aire y la luz, tanto solar como artificial sobre el papel que amarillea y sobre los materiales usados para el dibujo, desaconseja una prolongada exposición de éstos, aunque estén protegidos por cristales. Por eso las exposiciones de dibujos no deben prolongase mucho, además de tomar medidas especiales de precaución en caso de traslado (los dibujos en sus guardas de cartón van metidos uno a uno en carpetas de papel fuerte, selladas y colocadas en cajas metálicas encerradas en maletas; éste es el sistema utilizado en el Gabinetto Disegni e Stampe degli Ufíizi de Florencia.
En Italia, el Gabinetto Disegni e Stampe de la Farnesina de Roma tiene un laboratorio equipado para el análisis y restauración de dibujos; existen además otros institutos no especializados como el Centro de Patología del Libro de Roma y de Florencia y los laboratorios conventuales de Praglia, Monte Oliveto y GrottaSerrata, que se ocupan también de los problemas relativos a la restauración de dibujos.
Colaboración de:
Elena Parma
Las Técnicas Artísticas
Manuales Arte Cátedra
Madrid 1997 (9º Ed.) Págs 229-232
El Portal de los Peritos
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