EL AFFAIR DREYFUS

Por Magdalena Ezcurra Gondra
Lda. Ciencias Químicas
Perito Calígrafo Judicial

El caso Dreyfus duró un total de 12 años desde el descubrimiento de la lista o bordereau hasta la rehabilitación del inocente, el capitán de origen Judío Alfred Dreyfus. Sus momentos álgidos se sitúan entre 1894 y 1899.

Este caso fue un gran error judicial en el que se mezcló el antisemitismo de la época, los problemas franco-prusianos, el honor del ejercito francés, y el nacionalismo dando un coctel explosivo.

El caso se puede analizar desde muchos puntos de vista diferentes, jurídico, político, militar…, pero en este trabajo se va seguir el proceso desde las pautas del estudio de los documentos probatorios desde el punto de vista pericial, con el fin de analizar el proceso y los errores cometidos, intencionados o no.

El proceso, en lo que a las pruebas documentales y sobre las que se realizaron diversos peritajes, tenía como eje una lista o bordereau, documento auténtico del que se deseaba conocer la autoría, le petit bleu, telegrama destruido descubierto por Picquart que hubo e ser destruido y que apuntó hacia el verdadero autor del bordereau, Esterhazy, y el documento construido, llamado la prueba falsa de Henry o el falso Henry.

En este caso un inocente de la comunidad judía fue acusado y condenado por traición haciéndose necesarios cinco años para que se consiguiera la revisión del juicio y siete más para que por fin se le considerada inocente de una acusación infundada que se mantuvo gracias a los errores periciales y a la creación de pruebas falsas.

El 15 de Octubre Alfred Dreyfus comparece a una convocatoria para someterse a una inspección general de los oficiales en prácticas, en la sede del Ministerio de Guerra. Allí le espera el comandante Du Paty Clam oficial delegado de la Policía Judicial que le pide a Dreyfus, con la excusa de que a él le duelen los dedos, que le escriba la carta que le dicta para el general De Boisdeffre.

El contenido de la carta que le dicta esta basada en un documento descubierto en la embajada de Alemania por el Servicio de Información Francés. Este documento contiene importantes informaciones militares secretas que un desconocido, y traidor a Francia, ha enviado al Conde Schwartzkoppen, agregado militar a la embajada de Alemania. Este documento es una pieza clave en el juicio entablado contra Dreyfus que recibe habitualmente el nombre de lista o Bordereau.

Tras copiar el encabezado de la carta, a Dreyfus se le dicta el contenido de la carta escrita por el espía, consistente en una lista de información militar dirigida al conde Schwartzloppen. La escritura de Dreyfus, regular en sus inicios, parece más temblora y se ensancha. Du Paty de Clam, un aficionado a la grafología, se convence de que Dreyfus se ha puesto nervioso con la lectura de lo que el oficial cree que es su traición, lo interrumpe de repente para decirle que está temblando. Dreyfus le responde que lo único que le pasa es que tiene frío pues en la calle hace una temperatura muy baja y aún no ha conseguido entrar en calor. Evidentemente no le creen, y más adelante el propio Du Paty afirmará que el tiempo era bueno y que Dreyfus mentía.

El comandante le sigue dictando la lista, pero de repente se detiene y de una forma brusca le dice a Dreyfus: «Queda detenido en nombre de la ley. Se le acusa del delito de alta traición.»

Alfred Dreyfus es conducido a la prisión militar de Cherche-Midi sin explicación alguna y sin saber de que se le acusa, en este momento ya presiente un complot contra él, judío, pero sin poder imaginar hasta que punto llegaría el mismo.

El general Mercier, Ministro de la Guerra, tras recibir el documento de la traición, toma como chivo espiatorio de la misma a Dreyfus llamando entonces a un especialista, el comandante Du Paty de Clam, antisemita a la sazón, grafólogo aficionada, y considerado como un oficial inteligente y prestigioso.
Tras el peritaje, Du Paty de Clam concluye que las dos escrituras, la del Bordereau y la de Dreyfus, presentan correspondencias, a pesar de algunas diferencias, insuficientes para frenar la investigación judicial que se inicia con la reunión y el cuerpo de escritura arriba descrito, en el despacho del general De Boisdeffre, entre Dreyfus y Du Paty de Clam en la supuesta jornada de inspección general de los oficiales en prácticas. Otro Grafólogo aficionado, el Coronel D’Aboville también se posiciona a favor de la común autoría.


Así las cosas se comienza la comprobación de las pruebas. Se solicita a un verdadero experto en escrituras del Banco de Francia, el Perito Gobert, que ratifique el estudio de Du Paty. Sin embargo, a este experto no le convence la opinióntécnica del comandante Du Paty, realizando un estudio que pone en evidencia las numerosisimas disparidades entre las dos escrituras, la dubitada y la indubitada. Gobert hizo hincapié en que la escritura del Bordereau era espontánea y a pesar de que en sus características generales y en alguna particular tenía semejanzas con la de Dreyfus, había diferencias con suficiente peso como para dejar clara que no tenían una común autoría.

El jefe del Servicio de Identidad Judicial de la prefectura, Alphonse Bertillon, confeso antisemita, tiene acceso, a través del General Gozne que le solicita un nuevo informe pericial, a las ampliaciones fotográficas que realizó el Perito Gobert para su trabajo. Hay que señalar que en este momento Bertillon aún no era todavía perito en grafística, y no solo esto sino que opinaba que la Pericia Caligráfica era una disciplina no científica en la que no creía. A pesar de estos hechos, sorprendentemente, acepta el encargo de la realización de un informe pericial. Sus primeras conclusiones fueron no obstante cautas, pero, con posterioridad construyó la teoría de la «autoforgerie» que se explica más abajo.

Se le nombra a Du Paty como oficial de la policía judicial y, tras la sesión del cuerpo de escitura, procede a la detención del capitán Dreyfus arguyendo como prueba definitiva de culpabilidad que en el transcurso del dictado del cuerpo de escitura Dreyfus ha temblado.
A partir del 18 de Octubre, el comandante Du Paty de Clam le interrogará numerosas veces en su celda, así como le hará muchas nuevas pruebas de escritura en las que se le dictan palabras de la lista. En el cotejo de estas pruebas habría que haber tenido en cuenta que Dreyfus es visitado por un medico que le receta poderosos sedantes, punto este que no se señala en ningún momento en la causa.

El 30 de Octubre Dreyfus ve por fin el famoso bordereau del que se le acusa ser el autor y que le sitúa como espía del agregado de la embajada Alemana.

Este es el momento en el que aparece un nuevo peritaje, con un nuevo enfoque, del antisemita Bertillon, que da peso a la acusación. Este nuevo peritaje está basado en la tesis de, la autoforgerie o disfraz del la propia escritura. Bertillon sostiene que la escritura de la lista no es totalmente idéntica a la de Dreyfus porque habría sido realizada por el traidor judio con la intención de despistar y poder negar con posterioridad su autoría. Así, una vez descubierto, podrá señalar las diferencias con su propia y genuina escritura para evitar ser identificado.

La lista estaba escrita en un papel muy fino, casi de calco, lo que permitía calcarla cuantas veces fuera necesario y falsificarla sin problemas. Para que su teoría encaje, Bertillon realiza ampliaciones fotográficas y reconstruye el documento original, alterando, retocando, ampliando, y en definitiva manipulando los originales con el fin de que las piezas del puzzle coincidan y encajen con su conclusión obtenida de antemano. En su delirio condenatorio, llega incluso a presentar sus deducciones al Presidente de la República, Casimir-Perier.

Se llevan a cabo otros exámenes periciales como el De Pelletier, un verdadero experto, que, no acepta la «ayuda» ofrecida por Bertillon para realizar su peritaje y declara a Dreyfus inocente. El perito Charavay, por el contrario, si acepta el ofrecimiento de ayuda de Bertillon, concluyó a favor de la autoría por parte de Dreyfus. Un cuarto perito Teyssonieres, también se dejó ayudar por Bertillon concluyendo, igualmente, en la culpabilidad de Dreyfus. Desde el principio los informes periciales se contradicen, lo que sucederá a lo largo de todos los procesos de este caso.

El estado mayor no está convencido ni el informe firmado por Ormescheville, ni por las conclusiones del comandante Du Paty de Clam. Únicamente puede fiarse de los resultados de los cotejos de escrituras, pero estos son contradictorios, hay expertos, Bertillon, Charavay y Teyssonieres, que concluyen que la autoría de la lista es de Dreyfus, mientras que hay otros expertos, Gobert y Pelletier, que rebaten fuertemente esta teoría. Mercier está colocado entre la espada y la pared, porque es consciente de la debilidad de las pruebas de la acusación pero, por otro lado tiene miedo ya que la absolución del acusado puede conducirle a tener que dimitir. Por el contrario, si el acusado sale culpable, todo se arreglaría.

A partir de este momento de la historia todo se complica ya que empiezan a fabricarse pruebas, llegándose incluso a crear documentos falsos.

Por aquella época, se le encarga al comandante Henry la tarea de revisar la documentación recogida en la embajada de Alemania. Se le sugiere a Henry, de la sección de estadística, que constituya una prueba irrefutable, que sirva a la acusación para obtener una sentencia condenatoria sin lugar a la más mínima duda para el Capitán Alfred Dreyfus.

El primer consejo de guerra que debe juzgar a Alfred Dreyfus se reúne el 19 de diciembre de 1894. El primer día del consejo de guerra, durante la lectura del auto de acusación, los miembros del jurado se muestran escépticos. Los cargos que se le imputan a Dreyfus resultan muy flojos.

El cuerpo de escitura dictado por Du Paty a Dreyfus es mostrados al tribunal, sin que este considere de valor los efectos del temblor en la escritura que había resultado tan concluyente para Du Paty y le había conducido a detener a Dreyfus.

Al día siguiente, los diferentes expertos en escrituras se presentan con opiniones siempre contradictorias. La mayoría de ellos navega entre similitudes y diferencias, destacándose entre ellos al experto Gobert sigue mostrándose favorable a la inocencia de Dreyfus. El tercer día del juicio interviene el experto en escrituras Bertillon, jefe del servicio de identidad judicial de la prefectura. Antisemita de primer orden, que ha elaborado un método al que ha llamado la antropología métrica, que permite, a través de los trazos de la letra identificar a los delincuentes. Entonces desarrolla su teoría de la autoforgerie: compara las escituras del bordereau y del dictado, y concluye que Dreyfus ha imitado su propia letra queriendo desvirtuarla y tomando préstamos de otras escrituras de allegados suyos. Una argumentación que deja a los jueces absolutamente perplejos, hasta el punto de que el Presidente de la República acabó diciendo que el individuo estaba completamente loco.

Al día siguiente de ser condenado a la deportación perpetúa y a la degradación pública con la que se resuelve el primer consejo de guerra Dreyfus firma un recurso ante el consejo de revisión, pero dicho recurso es rechazado el 31 de diciembre.

Tras ser deportado a la isla del Diablo en al Guyana Francesa, Mathieu Dreyfus, hermano del acusado, comienza a preparar su defensa y su rehabilitación. En estas mismas fechas el comandante Picquart, nuevo jefe de la sección de estadística, y, en principio posicionado frente a Dreyfus hace un nuevo descubrimiento: «Le petit bleu» o el pequeño azul, que consiste en un papel de telegrama color azul y que tiene que ser reconstruido porque había sido roto por los predecesores de Picquart. El telegrama es de una importancia capital, es una copia no sellada en correos que es, en realidad, el primer duplicado de un texto final que sí fue enviado y que firmado por un tal «C» está dirigido al Comandante Esterhazy y en el que se le implica a este último como espía. Este descubrimiento va a conseguir hacer que Picquart cambie de bando y se posicione a favor de Dreyfus lo que le traerá numerosas complicaciones posteriores.


Picquart inicia entonces una investigación sobre Esterhazy sin contar con sus superiores. En un principio no relaciona este documento con el caso Dreyfus sino que se sitúa como si fuera un nuevo caso de traición, pero los siguientes acontecimientos le van a conducir a un único traidor, Esterhazy, y un inocente condenado por traición, Dreyfus.

Durante el verano de 1896 Esterhazy solicita un puesto en el Ministerio. Escribe muchas cartas que serán interceptadas y caerán en manos de la Sección de Estadística. El Comandante Picquart, que está sobre la pista de Esterhazy, tiene la posibilidad de comparar la escritura del bordereau con la de las cartas que han sido interceptadas a Esterhazy quedándose convencido de que se trata de la misma escritura.

No consigue convencer al comandante Du Paty, a quien enseña los dos documentos. Y en lo que respecta a Bertillon, el experto, este intenta convencerle de un complot judío en el cual estos han copiado la escritura de Dreyfus para esas cartas. Pero su opinión no convence a Piquart, que tiene la certeza absoluta de que Esterhazy es el traidor que está buscando.

En este orden de cosas, la acusación se ve obligada, para que sus cargos contra Dreyfus se mantengan, a fabricar una nueva prueba, es aquí dónde aparece el tercer documento objeto de estudio denominado «Le faux Henry», esta prueba, de un gran carácter inculpatorio para Dreyfus carecía de fecha y no era otra cosa que el resultado de un montaje con documentos preexistentes. Ahora bien, el montaje es muy burdo y Henry comete errores fatales en la composición como por ejemplo, poner uno detrás de otro varios papeles con cuadrículas diferentes.

El dia 2 de noviembre de 1896,el estado mayor recibe la carta «descubierta» (fabricada) por Henry.

Así las cosas, el vicepresidente del senado, Cheurer-Kestner, apercibido por Picquart y su abogado solicita nuevos informes periciales en los que se compara la escritura del bordereau con la de Esterhazy concluyéndose la común autoría y, por ende, la inocencia de Dreyfus, sin conseguir convencer al Gobierno si consigue instalar la duda en la opinión pública: el parecido de la escritura de Esterhazy con la de la lista hace que se empiecen a levantar sospechas contra este sujeto.

Además, se produce un nuevo hecho que permite sustentar la tesis de que el autor del bordeleau es Esterhazy: Un corredor de banca, que conoce a Esterhazy, tiene posibilidad de acceder a ya famosa lista que acaba de ser difundida por todas partes por el hermano de Alfred, Mathieu Dreyfus. Reconoce en ella la letra de Esterhazy, y pone a disposición de Mathieu Dreyfus la correspondencia que ha mantenido con él. Para ganarse la opinión pública publican un artículo en Le Figaro, pero en él no se cita el nombre de Esterhazy.

En este punto el hermano Mathieu solicita informes periciales a doce peritos franceses, suizos, belgas, americanos e italianos, entre los que se contaba Crépieux-Jamin, De Rougemont y Preyer. Estos doce peritos coincidieron en la conclusión de que el famoso Bordeleau no había sido realizado por la mano de Dreyfus.

Tras estos hechos se le encarga a De Pellieux la investigación contra Esterhazy y este promete un nuevo peritaje, Esterhazy se defiende diciendo que Dreyfus falsificó su escritura, que la había conseguido gracias a otro militar. Por otro lado De Pellieux recibe órdenes de sus superiores en una entrevista con el General De Boisdeffre, jefe del estado mayor general del ejército, que le indica que debe sostener que Estherhazy es inocente.

De resultas de esta orden, De Pellieux renuncia a seguir con la investigación, sobre todo, a exigir el peritaje de las cartas con la escritura de la lista. A pesar de esto se encarga a tres nuevos peritos, Couard, Varinard, y Balhomme, el cotejo de la escritura del Bordereau con la de Esterhazy, que, siguiendo al pie de la letra las ordenes del jefe del estado mayor del ejercito, a pesar de que las escrituras coinciden exactamente concluyen que el Borderearu no había sido realizado por Esterhazy, sino que se trataba de una imitación de la escritura de este.

Tras esto, en Enero de 1898, aparece en la portada del periódico L’Aurore la famosa carta abierta dirigida al presidente de la república firmada por Emilio Zola, «S’accuse», en ella va nombrando uno por uno, con nombres y apellidos, a todos los que considera involucrados en este monumental error judicial incluyendo a los expertos en escrituras, revelando todas las responsabilidades, este escrito le cuesta a Zola un juicio y una condena de la que se le eximirá con posterioridad.

En el tercer intento de revisión del caso Dreyfus, el Capitán Cuignet, el nuevo encargado de revisar las pruebas se da cuenta de que «el falso Henry» es una carta formada por dos trozos de papel cuadriculado de colores diferentes. Cuando se hace este descubrimiento esta prueba ha sido ya colgada en todos los ayuntamientos de Francia. Se detiene al autor del documento falso el Coronel Henry que se suicidará en la cárcel.

Tras estos hechos se consigue un nuevo juicio para Dreyfus en la ciudad de Rennes, en el que los expertos nuevamente se suceden y se contradicen unos a otros. De este nuevo consejo de guerra se obtiene, sorprendentemente, otra condena.

En 1899 salen a la palestra los informes de otros tres peritos, Meyer, Moliner y Gyri, profesores de la escuela de Paleografía de «École de Chartres», que concluyen por unanimidad que la escritura del Bordereau corresponde a la mano de Esterhazy.

Con posterioridad se consigue el indulto para Dreyfus y siete años más tarde, tras un largo proceso de revisión del juicio, en el cual Esterhazy declara desde Londres confesando finalmente su delito, y en el que el presidente de la Cámara penal confía a Darboux, a Appel y a Poncaré una pericia sobre la teoría de Bertillon, en la que concluyen que Bertillón encontró lo que iba buscando porque para ello realizó medidas falsas, construyó y manipuló las reproducciones, y eligió de forma totalmente parcial muestras. Dreyfus es declarado inocente y reintegrado al ejercito con todos los honores. Concediéndosele incluso la Legión de Honor.

De todos los peritos que se han citado a lo largo del proceso hay que destacar la escasa cualificación profesional de los que intervinieron en una primera fase:
Du Paty, era un grafólogo aficionado.
D’Aboville, era un grafólogo aficionado.
Bertillon no era perito grafotécnico cuando se le encargó el caso y su formación posterior fue autodidacta.
Chavarri era un comerciante de autógrafos.
Teyssonnieres era un grabador
Gobert, era experto en escrituras del Banco de Francia.
Pelletier, redactor en el Ministerio de Bellas Artes.

BORDEREAU INDUBITADA DREYFUS 1.
INDUBITADA DREYFUS 2. INDUBITADA ESTERHAZY
DOCUMENTO ENCONTRADO POR PICQUART
CUADROS COMPARATIVOS DEL PROFESOR VALLETA

FUENTES:

Bon Denis «El caso Dreyfus – grandes procesos de la historia» Ed. Vecchi
Renato Perella «En el centenario del Affaire: La verdadera historia del caso Dreyfus y deducciones periciales» (Traducción Amparo Botella). «Gramma , revista de grafología y ciencias humanas» nº 23 Enero 1995, pág. 14.
E. Locard «Les faux en écriture et leur expertise» Payot.
http://www.addmotion.be/av4/
http://home.wlu.edu/~lambethj/Dreyfus/hudson/indexdreyfus.htm#list
http://www.geocities.com/CapitolHill/3788/zola02.html
http://perso.wanadoo.fr/sihad/SIHAD._Chrono.htm
http://2000pat.ifrance.com/2000pat/affaire_dreyfus/grandes_dates.htm

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